Vivimos enamorados de un ideal, vivimos enamorados de la idea de ser felices, de la idea de amar a alguien y que nos corresponda, de dormirnos con una sonrisa mas grande que con la que nos hemos despertado, e infinidad de cosas. Pero estamos tan consumidos por esos ideales que no los apreciamos cuando los tenemos.
Estamos mas enamorados del deseo que de lo deseado. Preferimos la ilusión de alcanzar una meta, que la ilusión por la meta que hemos alcanzado. No valoramos como se merecen a las cosas que tenemos.