Benjamin Button es un hombre con una extraña enfermedad. Nació anciano, y fue rejuveneciéndose con el pasar de los años. Su historia es por demás emocionante y nos deja con numerosas enseñanzas.
En una carta que le escribe a su hija, Benjamin escribe: nunca es demasiado tarde o, en mi caso, muy temprano para ser quien quieres ser, una gran frase.
Creo que todos pensamos que una vez que nos insertamos en un camino debemos seguir por éste, nos guste o no, porque es nuestro destino... Pero no es así, como dice Benjamín, nunca es pronto, nunca es tarde, si no te gusta algo, podés cambiarlo, o mejor dicho, debés cambiarlo, nada te lo puede impedir, tenés que seguir tus pensamientos, tu naturaleza. Si queres, podes buscar otra profesión, un nuevo grupo de amigos, una nueva pareja, una nueva casa, una nueva ciudad, un nuevo país... Es algo normal, y no importa cuánto tiempo hayas estado atado a una cosa, si te lo proponés, puedes desprenderte de ella.
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